2
Es gloria de Dios encubrir una cosa, pero la gloria de los reyes es investigar un asunto.
3
Como la altura de los cielos y la profundidad de la tierra, así es el corazón de los reyes, inescrutable.
4
Quita la escoria de la plata, y saldrá un vaso para el orfebre;
5
quita al malo de delante del rey, y su trono se afianzará en la justicia.
6
No hagas ostentación ante el rey, y no te pongas en el lugar de los grandes;
7
porque es mejor que te digan: Sube acá, a que te humillen delante del príncipe a quien tus ojos han visto.
8
No te apresures a litigar; pues ¿qué harás al final, cuando tu prójimo te averguence?
9
Discute tu caso con tu prójimo y no descubras el secreto de otro,
10
no sea que te reproche el que lo oiga y tu mala fama no se acabe.
11
Como manzanas de oro en engastes de plata es la palabra dicha a su tiempo.
12
Como pendiente de oro y adorno de oro fino es el sabio que reprende al oído atento.