18
El impío es rescate para el justo, y el pérfido está en lugar de los rectos.
19
Mejor es habitar en tierra desierta que con mujer rencillosa y molesta.
20
Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio, pero el necio todo lo disipa.
21
El que sigue la justicia y la lealtad halla vida, justicia y honor.
22
El sabio escala la ciudad de los poderosos y derriba la fortaleza en que confiaban.
23
El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de angustias.
24
Altivo, arrogante y escarnecedor son los nombres del que obra con orgullo insolente.
25
El deseo del perezoso lo mata, porque sus manos rehúsan trabajar;
26
todo el día codicia, mientras el justo da y nada retiene.
27
El sacrificio de los impíos es abominación, cuánto más trayéndolo con mala intención.
28
El testigo falso perecerá, mas el hombre que escucha, hablará siempre.
29
El hombre impío muestra audacia en su rostro, pero el recto asegura su camino.
30
No vale sabiduría, ni entendimiento, ni consejo, frente al SEÑOR.
31
Se prepara al caballo para el día de la batalla, pero la victoria es del SEÑOR.