8
El sacrificio de los impíos es abominación al SEÑOR, mas la oración de los rectos es su deleite.
9
Abominación al SEÑOR es el camino del impío, y El ama al que sigue la justicia.
10
La disciplina severa es para el que abandona el camino; el que aborrece la reprensión morirá.
11
El Seol y el Abadón están delante del SEÑOR, ¡cuánto más los corazones de los hombres!
12
El escarnecedor no ama al que lo reprende, ni se allegará a los sabios.
13
El corazón gozoso alegra el rostro, pero en la tristeza del corazón se quebranta el espíritu.
14
El corazón inteligente busca conocimiento, mas la boca de los necios se alimenta de necedades.
15
Todos los días del afligido son malos, pero el de corazón alegre tiene un banquete continuo.
16
Mejor es lo poco con el temor del SEÑOR, que gran tesoro y turbación con él.
17
Mejor es un plato de legumbres donde hay amor, que buey engordado y odio con él.
18
El hombre irascible suscita riñas, pero el lento para la ira apacigua contiendas.
19
El camino del perezoso es como un seto de espinos, mas la senda de los rectos es una calzada.
20
El hijo sabio alegra al padre, pero el hombre necio desprecia a su madre.
21
La necedad es alegría para el insensato, pero el hombre inteligente anda rectamente.
22
Sin consulta, los planes se frustran, pero con muchos consejeros, triunfan.
23
El hombre se alegra con la respuesta adecuada, y una palabra a tiempo, ¡cuán agradable es!
24
La senda de vida para el sabio es hacia arriba, para que se aparte del Seol que está abajo.
25
El SEÑOR derribará la casa de los soberbios, pero afianzará los linderos de la viuda.
26
Abominación al SEÑOR son los planes perversos, mas las palabras agradables son puras.
27
Perturba su casa el que tiene ganancias ilícitas, pero el que aborrece el soborno, vivirá.
28
El corazón del justo medita cómo responder, mas la boca de los impíos habla lo malo.