21
¿No recuerdas que nuestro antepasado Abraham fue declarado justo ante Dios por sus acciones cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
22
¿Ya ves? Su fe y sus acciones actuaron en conjunto: sus acciones hicieron que su fe fuera completa.
23
Y así se cumplió lo que dicen las Escrituras: «Abraham le creyó a Dios, y Dios lo consideró justo debido a su fe»
. Incluso lo llamaron «amigo de Dios»
.
24
Como puedes ver, se nos declara justos a los ojos de Dios por lo que hacemos y no solo por la fe.
25
Rahab, la prostituta, es otro ejemplo. Fue declarada justa ante Dios por sus acciones cuando ella escondió a los mensajeros y los ayudó a regresar sin riesgo alguno por otro camino.
26
Así como el cuerpo sin aliento
está muerto, así también la fe sin buenas acciones está muerta.