2
El Señor
se sienta con majestad en Jerusalén,
exaltado sobre todas las naciones.
3
Que ellas alaben tu nombre grande y temible.
¡Tu nombre es santo!
4
Rey poderoso, amante de la justicia,
tú has establecido la imparcialidad.
Has actuado con justicia
y con rectitud en todo Israel.
5
¡Exalten al Señor
nuestro Dios!
¡Póstrense ante sus pies porque él es santo!
6
Moisés y Aarón estaban entre sus sacerdotes;
Samuel también invocó su nombre.
Clamaron al Señor
por ayuda,
y él les respondió.
7
Habló a Israel desde la columna de nube,
y los israelitas siguieron las leyes y los decretos que les dio.
8
Oh Señor
nuestro Dios, tú les respondiste;
para ellos fuiste Dios perdonador,
pero los castigaste cuando se desviaron.
9
Exalten al Señor
nuestro Dios
y adoren en su monte santo, en Jerusalén,
¡porque el Señor
nuestro Dios es santo!