8
¡Den al Señor
la gloria que merece!
Lleven ofrendas y entren en sus atrios.
9
Adoren al Señor
en todo su santo esplendor;
que toda la tierra tiemble delante de él.
10
Digan a todas las naciones: «¡El Señor
reina!».
El mundo permanece firme y no puede ser sacudido.
Él juzgará a todos los pueblos con imparcialidad.
11
¡Que los cielos se alegren, y la tierra se goce!
¡Que el mar y todo lo que contiene exclamen sus alabanzas!
12
¡Que los campos y sus cultivos estallen de alegría!
Que los árboles del bosque susurren con alabanza
13
delante del Señor
, ¡porque él viene!
Viene a juzgar la tierra.
Juzgará al mundo con justicia
y a las naciones con su verdad.