2
Protégeme, pues estoy dedicado a ti.
Sálvame, porque te sirvo y confío en ti;
tú eres mi Dios.
3
Ten misericordia de mí, oh Señor,
porque a ti clamo constantemente.
4
Dame felicidad, oh Señor,
pues a ti me entrego.
5
¡Oh Señor, eres tan bueno, estás tan dispuesto a perdonar,
tan lleno de amor inagotable para los que piden tu ayuda!
6
Escucha atentamente mi oración, oh Señor
;
oye mi urgente clamor.
7
A ti clamaré cada vez que esté en apuros,
y tú me responderás.
8
Ningún dios pagano es como tú, oh Señor;
¡nadie puede hacer lo que tú haces!
9
Todas las naciones que hiciste
vendrán y se inclinarán ante ti, Señor;
alabarán tu santo nombre.
10
Pues tú eres grande y haces obras maravillosas;
solo tú eres Dios.
11
Enséñame tus caminos, oh Señor
,
para que viva de acuerdo con tu verdad.
Concédeme pureza de corazón,
para que te honre.
12
Con todo el corazón te alabaré, oh Señor mi Dios;
daré gloria a tu nombre para siempre,
13
porque muy grande es tu amor por mí;
me has rescatado de las profundidades de la muerte.
14
Oh Dios, gente insolente se levanta en mi contra;
una pandilla violenta trata de matarme.
No significas nada para ellos.
15
Pero tú, oh Señor,
eres Dios de compasión y misericordia,
lento para enojarte
y lleno de amor inagotable y fidelidad.
16
Mírame y ten misericordia de mí.
Dale tu fuerza a tu siervo;
salva a este hijo de tu sierva.
17
Envíame una señal de tu favor.
Entonces, los que me odian pasarán vergüenza,
porque tú, oh Señor
, me ayudas y me consuelas.