2
ante Efraín, Benjamín y Manasés.
Muéstranos tu gran poder.
¡Ven a rescatarnos!
3
Oh Dios, haznos volver a ti;
haz que tu rostro brille sobre nosotros.
Solo entonces seremos salvos.
4
Oh Señor
, Dios de los Ejércitos Celestiales,
¿hasta cuándo seguirás enojado con nuestras oraciones?
5
Nos diste tristeza por comida,
y nos hiciste beber lágrimas en abundancia.
6
Nos convertiste en el desprecio
de las naciones vecinas.
Nuestros enemigos nos tratan como si fuéramos una broma.
7
Haznos volver a ti, oh Dios de los Ejércitos Celestiales;
haz que tu rostro brille sobre nosotros.
Solo entonces seremos salvos.
8
Nos sacaste de Egipto como a una vid;
expulsaste a las naciones paganas y nos trasplantaste a tu tierra.
9
Limpiaste el terreno para nosotros,
y echamos raíces y llenamos la tierra.
10
Nuestra sombra cubrió las montañas;
nuestras ramas cubrieron los poderosos cedros.
11
Extendimos las ramas al occidente, hacia el mar Mediterráneo;
nuestros retoños se extendieron al oriente, hacia el río Éufrates.
12
Pero ahora, ¿por qué has derribado nuestras murallas
de modo que todos los que pasan pueden robarse nuestros frutos?