46
Entregó también sus cosechas al saltamontes, y el fruto de su trabajo a la langosta.
47
Con granizo destruyó sus vides, y sus sicómoros con escarcha.
48
Entregó también al granizo sus ganados, y sus rebaños a los rayos.
49
Envió sobre ellos el ardor de su ira, furia, indignación y angustia, un ejército de ángeles destructores.
50
Preparó senda para su ira; no eximió sus almas de la muerte, sino que entregó sus vidas a la plaga,
51
e hirió a todos los primogénitos en Egipto, las primicias de su virilidad en las tiendas de Cam.
52
Mas a su pueblo lo sacó como a ovejas, como a rebaño los condujo en el desierto;
53
los guió con seguridad, de modo que no temieron, pero el mar se tragó a sus enemigos.
54
Los trajo, pues, a su tierra santa, a esta tierra montañosa que su diestra había adquirido.
55
Y expulsó a las naciones de delante de ellos; las repartió con medida por herencia, e hizo habitar en sus tiendas a las tribus de Israel.
56
Empero ellos tentaron y provocaron al Dios Altísimo, y no guardaron sus testimonios,