9
Tú esparciste lluvia abundante, oh Dios, tú fortaleciste tu heredad cuando estaba extenuada.
10
Los de tu pueblo se establecieron en ella; en tu bondad, oh Dios, proveíste para el pobre.
11
El Señor da la palabra; las mujeres que anuncian las buenas nuevas son gran multitud:
12
Los reyes de los ejércitos huyen; sí huyen, y la que se queda en casa repartirá el botín.
13
Cuando os acostáis en los apriscos, sois como alas de paloma cubiertas de plata, y sus plumas de oro resplandeciente.
14
Cuando el Omnipotente dispersó allí a los reyes, nevaba en el monte Salmón.
15
Monte de Dios es el monte de Basán; monte de muchos picos es el monte de Basán.
16
¿Por qué miráis con envidia, oh montes de muchos picos, al monte que Dios ha deseado para morada suya? Ciertamente el SEÑOR habitará allí para siempre.
17
Los carros de Dios son miríadas, millares y millares; el Señor está entre ellos en santidad, como en el Sinaí.
18
Tú has ascendido a lo alto, has llevado en cautividad a tus cautivos; has recibido dones entre los hombres, y aun entre los rebeldes, para que el SEÑOR Dios habite entre ellos.
19
Bendito sea el Señor, que cada día lleva nuestra carga, el Dios que es nuestra salvación. (Selah)
20
Dios es para nosotros un Dios de salvación, y a DIOS el Señor pertenece el librar de la muerte.
21
Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos, la testa cabelluda del que anda en sus delitos.
22
Dijo el Señor: De Basán los haré volver; los haré volver de las profundidades del mar;
23
para que tu pie los aplaste en sangre, y la lengua de tus perros tenga la porción de tus enemigos.
24
Ellos han visto tu procesión, oh Dios, la procesión de mi Dios, mi Rey, hacia el santuario.
25
Los cantores iban delante, los músicos detrás, en medio de las doncellas tocando panderos.
26
Bendecid a Dios en las congregaciones, al SEÑOR, vosotros del linaje de Israel.
27
Allí va Benjamín, el más joven, dirigiéndolos, los príncipes de Judá con su grupo, los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.
28
El Dios tuyo ha mandado tu fuerza; muestra tu poder, oh Dios, tú que has obrado por nosotros.
29
Por causa de tu templo en Jerusalén te traerán presentes los reyes.