23
Ustedes, pueblo mío, se lavarán los pies en la sangre de ellos,
¡y hasta los perros tendrán su porción!».
24
Ya asoma tu procesión, oh Dios,
la procesión de mi Dios y Rey mientras él entra en el santuario.
25
Los cantores van adelante, los músicos van detrás;
en medio hay jovencitas que tocan panderetas.
26
Alaben a Dios todos los del pueblo de Israel;
alaben al Señor
, la fuente de vida de Israel.
27
Miren, la pequeña tribu de Benjamín va al frente;
le sigue una gran multitud de gobernantes de Judá
y todos los gobernantes de Zabulón y Neftalí.
28
Oh Dios, haz que tu poder se presente;
despliega tu poder, oh Dios, como lo has hecho en el pasado.
29
Los reyes de la tierra traen tributo
a tu templo en Jerusalén.
30
Reprende a estas naciones enemigas,
a estos animales salvajes que acechan entre los juncos,
a esta manada de toros en medio de los becerros más débiles.
Hazlos traer barras de plata como humilde tributo.
Dispersa a las naciones que se deleitan en la guerra.
31
Que Egipto venga con regalos de metales preciosos;
que Etiopía
se incline en sumisión a Dios.
32
Canten a Dios, reinos de la tierra,
canten alabanzas al Señor.
Interludio
33
Canten al que cabalga por los cielos antiguos;
su poderosa voz truena desde los cielos.
34
Cuéntenles a todos acerca del poder de Dios.
Su majestad brilla sobre Israel;
su fuerza es poderosa en los cielos.
35
Dios es imponente en su santuario;
el Dios de Israel le da poder y fuerza a su pueblo.
¡Alabado sea Dios!