2
Te he visto en tu santuario
y he contemplado tu poder y tu gloria.
3
Tu amor inagotable es mejor que la vida misma,
¡cuánto te alabo!
4
Te alabaré mientras viva,
a ti levantaré mis manos en oración.
5
Tú me satisfaces más que un suculento banquete;
te alabaré con cánticos de alegría.
6
Recostado, me quedo despierto
pensando y meditando en ti durante la noche.
7
Como eres mi ayudador,
canto de alegría a la sombra de tus alas.
8
Me aferro a ti;
tu fuerte mano derecha me mantiene seguro.
9
Pero los que traman destruirme acabarán arruinados;
descenderán a las profundidades de la tierra.
10
Morirán a espada
y se convertirán en comida de chacales.
11
Pero el rey se alegrará en Dios;
todos los que confían en él lo alabarán,
mientras que los mentirosos serán silenciados.