3
Has sido muy estricto con nosotros,
nos hiciste beber de un vino que nos dejó tambaleantes.
4
Pero has levantado un estandarte para los que te temen:
un punto de reunión en medio del ataque.
Interludio
5
Rescata ahora a tu pueblo amado;
respóndenos y sálvanos por medio de tu poder.
6
Por su santidad,
Dios ha prometido:
«Dividiré a Siquem con alegría
y mediré el valle de Sucot.
7
Galaad es mío
y también Manasés.
Efraín, mi casco, producirá mis guerreros,
y Judá, mi cetro, producirá mis reyes.
8
Pero Moab, mi lavamanos, se convertirá en mi siervo,
y sobre Edom me limpiaré los pies
y gritaré triunfante sobre Filistea».
9
¿Quién me llevará a la ciudad fortificada?
¿Quién me dará la victoria sobre Edom?
10
¿Nos has rechazado, oh Dios?
¿Ya no marcharás junto a nuestros ejércitos?
11
Por favor, ayúdanos contra nuestros enemigos,
porque toda la ayuda humana es inútil.
12
Con el auxilio de Dios haremos cosas poderosas,
pues él pisoteará a nuestros enemigos.