1
Oíd esto, pueblos todos; escuchad, habitantes todos del mundo,
2
tanto humildes como encumbrados, ricos y pobres juntamente.
3
Mi boca hablará sabiduría, y la meditación de mi corazón será entendimiento.
4
Inclinaré al proverbio mi oído, con el arpa declararé mi enigma.
5
¿Por qué he de temer en los días de adversidad cuando la iniquidad de mis enemigos me rodee,
6
de los que confían en sus bienes y se jactan de la abundancia de sus riquezas?