4
Porque mis iniquidades han sobrepasado mi cabeza; como pesada carga, pesan mucho para mí.
5
Mis llagas hieden y supuran. A causa de mi necedad,
6
estoy encorvado y abatido en gran manera, y ando sombrío todo el día.
7
Porque mis lomos están inflamados de fiebre, y nada hay sano en mi carne.
8
Estoy entumecido y abatido en gran manera; gimo a causa de la agitación de mi corazón.
9
Señor, todo mi anhelo está delante de ti, y mi suspiro no te es oculto.
10
Palpita mi corazón, mis fuerzas me abandonan, y aun la luz de mis ojos se ha ido de mí.
11
Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, y mis parientes se mantienen a distancia.
12
Los que buscan mi vida me tienden lazos; los que procuran mi mal hablan de mi destrucción, y traman traición todo el día.
13
Mas yo, como el sordo, no oigo; soy como el mudo que no abre la boca.
14
Sí, soy como el hombre que no oye, y en cuya boca no hay réplica.