12
Entregó sus tierras como herencia,
como preciada posesión a su pueblo Israel.
13
Tu nombre, oh Señor
, permanece para siempre;
tu fama, oh Señor
, se conoce en cada generación.
14
Pues el Señor
hará justicia a su pueblo
y tendrá compasión de sus siervos.
15
Los ídolos de las naciones no son más que objetos de plata y oro,
manos humanas les dieron forma.
16
Tienen boca pero no pueden hablar,
tienen ojos pero no pueden ver.
17
Tienen oídos pero no pueden oír,
tienen nariz pero no pueden oler.
18
Y los que hacen ídolos son iguales a ellos,
como también todos los que confían en ellos.
19
¡Oh Israel, alaba al Señor
!
¡Oh sacerdotes —descendientes de Aarón—, alaben al Señor
!
20
¡Oh levitas, alaben al Señor
!
¡Todos los que temen al Señor
, alaben al Señor
!
21
El Señor
sea alabado desde Sión,
porque él vive aquí en Jerusalén.
¡Alabado sea el Señor
!