65
Tet
S
, has hecho muchas cosas buenas a mi favor
tal como lo prometiste.
66
Creo en tus mandatos;
ahora enséñame el buen juicio y dame conocimiento.
67
Yo solía desviarme, hasta que me disciplinaste;
pero ahora sigo de cerca tu palabra.
68
Tú eres bueno y haces únicamente el bien;
enséñame tus decretos.
69
Los arrogantes me difaman con mentiras,
pero la verdad es que obedezco tus mandamientos con todo el corazón.
70
El corazón de ellos es torpe y necio,
yo, en cambio, me deleito en tus enseñanzas.
71
El sufrimiento me hizo bien,
porque me enseñó a prestar atención a tus decretos.
72
Tus enseñanzas son más valiosas para mí
que millones en oro y plata.
73
Yod
Tú me hiciste; me creaste.
Ahora dame la sensatez de seguir tus mandatos.
74
Que todos los que te temen encuentren en mí un motivo de alegría,
porque he puesto mi esperanza en tu palabra.
75
Señor
, sé que tus ordenanzas son justas;
me disciplinaste porque lo necesitaba.
76
Ahora deja que tu amor inagotable me consuele,
tal como le prometiste a este siervo tuyo.
77
Rodéame con tus tiernas misericordias para que viva,
porque tus enseñanzas son mi deleite.
78
Trae deshonra sobre los arrogantes que mintieron sobre mí;
mientras tanto, me concentraré en tus mandamientos.
79
Permite que esté unido a todos los que te temen,
los que conocen tus leyes.
80
Que sea intachable en guardar tus decretos;
entonces nunca seré avergonzado.
81
Caf
Estoy agotado de tanto esperar a que me rescates
pero he puesto mi esperanza en tu palabra.
82
Mis ojos se esfuerzan por ver cumplidas tus promesas,
¿cuándo me consolarás?
83
Estoy arrugado como un odre ahumado,
pero no me olvidé de obedecer tus decretos.
84
¿Hasta cuándo tendré que esperar?
¿Cuándo castigarás a los que me persiguen?
85
Estos arrogantes que odian tus enseñanzas
cavaron hoyos profundos para atraparme.
86
Todos tus mandatos son confiables.
Protégeme de aquellos que me persiguen sin causa.
87
Casi acaban conmigo,
pero me negué a abandonar tus mandamientos.
88
En tu amor inagotable, perdona mi vida;
entonces podré continuar obedeciendo tus leyes.
89
Lámed
Tu eterna palabra, oh Señor
,
se mantiene firme en el cielo.
90
Tu fidelidad se extiende a cada generación,
y perdura igual que la tierra que creaste.
91
Tus ordenanzas siguen siendo verdad hasta el día de hoy,
porque todo está al servicio de tus planes.
92
Si tus enseñanzas no me hubieran sostenido con alegría,
ya habría muerto en mi sufrimiento.
93
Jamás olvidaré tus mandamientos,
pues por medio de ellos me diste vida.
94
Soy tuyo, ¡rescátame!,
porque me he esforzado mucho en obedecer tus mandamientos.
95
Aunque los malvados se escondan por el camino para matarme,
con calma, mantendré mi mente puesta en tus leyes.
96
Aun la perfección tiene sus límites,
pero tus mandatos no tienen límite.
97
Mem
¡Oh, cuánto amo tus enseñanzas!
Pienso en ellas todo el día.
98
Tus mandatos me hacen más sabio que mis enemigos,
pues me guían constantemente.
99
Así es, tengo mejor percepción que mis maestros,
porque siempre pienso en tus leyes.
100
Hasta soy más sabio que los ancianos,
porque he obedecido tus mandamientos.
101
Me negué a andar por cualquier mal camino,
a fin de permanecer obediente a tu palabra.
102
No me he apartado de tus ordenanzas,
porque me has enseñado bien.
103
¡Qué dulces son a mi paladar tus palabras!
Son más dulces que la miel.
104
Tus mandamientos me dan entendimiento;
¡con razón detesto cada camino falso de la vida!
105
Nun
Tu palabra es una lámpara que guía mis pies
y una luz para mi camino.
106
Lo prometí una vez y volveré a prometerlo:
obedeceré tus justas ordenanzas.
107
He sufrido mucho, oh Señor
;
restaura mi vida, como lo prometiste.
108
Señor
, acepta mi ofrenda de alabanza
y enséñame tus ordenanzas.
109
Mi vida pende de un hilo constantemente,
pero no dejaré de obedecer tus enseñanzas.
110
Los malvados me han tendido sus trampas,
pero no me apartaré de tus mandamientos.
111
Tus leyes son mi tesoro;
son el deleite de mi corazón.
112
Estoy decidido a obedecer tus decretos
hasta el final.
113
Sámec
Detesto a los que tienen divididas sus lealtades,
pero amo tus enseñanzas.
114
Tú eres mi refugio y mi escudo;
tu palabra es la fuente de mi esperanza.
115
Lárguense de mi vida, ustedes los de mente malvada,
porque tengo la intención de obedecer los mandatos de mi Dios.