25
Postrada está mi alma en el polvo; vivifícame conforme a tu palabra.
26
De mis caminos te conté, y tú me has respondido; enséñame tus estatutos.
27
Hazme entender el camino de tus preceptos, y meditaré en tus maravillas.
28
De tristeza llora mi alma; fortaléceme conforme a tu palabra.
29
Quita de mí el camino de la mentira, y en tu bondad concédeme tu ley.
30
He escogido el camino de la verdad; he puesto tus ordenanzas delante de mí.
31
Me apego a tus testimonios; SEÑOR, no me averguences.
32
Por el camino de tus mandamientos correré, porque tú ensancharás mi corazón. He.
33
Enséñame, oh SEÑOR, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin.
34
Dame entendimiento para que guarde tu ley y la cumpla de todo corazón.
35
Hazme andar por la senda de tus mandamientos, porque en ella me deleito.
36
Inclina mi corazón a tus testimonios y no a la ganancia deshonesta.
37
Aparta mis ojos de mirar la vanidad, y vivifícame en tus caminos.
38
Confirma a tu siervo tu palabra, que inspira reverencia por ti.
39
Quita de mí el oprobio que me causa temor, porque tus juicios son buenos.
40
He aquí, anhelo tus preceptos; vivifícame por tu justicia. Vau.
41
Venga también a mí tu misericordia, oh SEÑOR, tu salvación, conforme a tu palabra.
42
Y tendré respuesta para el que me afrenta, pues confío en tu palabra.
43
No quites jamás de mi boca la palabra de verdad, porque yo espero en tus ordenanzas.
44
Y guardaré continuamente tu ley, para siempre y eternamente.
45
Y andaré en libertad, porque busco tus preceptos.
46
Hablaré también de tus testimonios delante de reyes, y no me avergonzaré.
47
Y me deleitaré en tus mandamientos, los cuales amo.
48
Levantaré mis manos a tus mandamientos, los cuales amo, y meditaré en tus estatutos. Zain.
49
Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, en la cual me has hecho esperar.
50
Este es mi consuelo en la aflicción: que tu palabra me ha vivificado.
51
Los soberbios me insultaron en gran manera, sin embargo, no me he apartado de tu ley.
52
Me acuerdo de tus ordenanzas antiguas , oh SEÑOR, y me consuelo.
53
Profunda indignación se ha apoderado de mí por causa de los impíos que abandonan tu ley.
54
Cánticos para mí son tus estatutos en la casa de mi peregrinación.
55
Por la noche me acuerdo de tu nombre, oh SEÑOR, y guardo tu ley.
56
Esto se ha hecho parte de mí: guardar tus preceptos. Jet.
57
El SEÑOR es mi porción; he prometido guardar tus palabras.
58
Supliqué tu favor con todo mi corazón; ten piedad de mí conforme a tu promesa.
59
Consideré mis caminos, y volví mis pasos a tus testimonios.
60
Me apresuré y no me tardé en guardar tus mandamientos.
61
Los lazos de los impíos me han rodeado, mas no me he olvidado de tu ley.
62
A medianoche me levantaré para darte gracias por tus justas ordenanzas.
63
Compañero soy de todos los que te temen, y de los que guardan tus preceptos.
64
La tierra, oh SEÑOR, está llena de tu misericordia; enséñame tus estatutos. Tet.
65
Bien has obrado con tu siervo, oh SEÑOR, conforme a tu palabra.
66
Enséñame buen juicio y conocimiento, pues creo en tus mandamientos.
67
Antes que fuera afligido, yo me descarrié, mas ahora guardo tu palabra.
68
Bueno eres tú, y bienhechor; enséñame tus estatutos.
69
Los soberbios han forjado mentira contra mí, pero de todo corazón guardaré tus preceptos.
70
Su corazón está cubierto de grasa, pero yo me deleito en tu ley.
71
Bueno es para mí ser afligido, para que aprenda tus estatutos.
72
Mejor es para mí la ley de tu boca que millares de piezas de oro y de plata. Yod.
73
Tus manos me hicieron y me formaron ; dame entendimiento para que aprenda tus mandamientos.
74
Que los que te temen, me vean y se alegren, porque espero en tu palabra.
75
Yo sé, SEÑOR, que tus juicios son justos, y que en tu fidelidad me has afligido.
76
Sea ahora tu misericordia para consuelo mío, conforme a tu promesa dada a tu siervo.
77
Venga a mí tu compasión, para que viva, porque tu ley es mi deleite.
78
Sean avergonzados los soberbios, porque me agravian con mentira; pero yo en tus preceptos meditaré.
79
Vuélvanse a mí los que te temen y conocen tus testimonios.
80
Sea íntegro mi corazón en tus estatutos, para que no sea yo avergonzado. Caf.
81
Mi alma desfallece por tu salvación; en tu palabra espero.
82
Mis ojos desfallecen esperando tu palabra, mientras digo: ¿Cuándo me consolarás?
83
Aunque he llegado a ser como odre al humo, no me olvido de tus estatutos.
84
¿Cuántos son los días de tu siervo? ¿Cuándo harás juicio contra mis perseguidores?
85
Fosas me han cavado los soberbios, los que no están de acuerdo con tu ley.