135
Mírame con amor;
enséñame tus decretos.
136
Torrentes de lágrimas brotan de mis ojos,
porque la gente desobedece tus enseñanzas.
137
Tsade
Oh Señor
, tú eres recto,
y tus ordenanzas son justas.
138
Tus leyes son perfectas
y absolutamente confiables.
139
La indignación me agobia,
porque mis enemigos despreciaron tus palabras.
140
Tus promesas fueron sometidas a una prueba rigurosa;
por eso las amo tanto.
141
Soy insignificante y despreciado,
pero no olvido tus mandamientos.
142
Tu justicia es eterna,
y tus enseñanzas son totalmente ciertas.
143
Cuando la presión y el estrés se me vienen encima,
yo encuentro alegría en tus mandatos.
144
Tus leyes siempre tienen razón;
ayúdame a entenderlas para poder vivir.
145
Cof
Oro con todo el corazón; ¡respóndeme, Señor
!
Obedeceré tus decretos.