123
Mis ojos se esfuerzan por ver tu rescate,
por ver la verdad de tu promesa cumplida.
124
Soy tu siervo; trátame con tu amor inagotable
y enséñame tus decretos.
125
Da discernimiento a este siervo tuyo;
entonces comprenderé tus leyes.
126
Señor
, es tiempo de que actúes,
porque esta gente malvada ha desobedecido tus enseñanzas.
127
De verdad, amo tus mandatos
más que el oro, incluso que el oro más fino.
128
Cada uno de tus mandamientos es recto,
por eso detesto todo camino falso.
129
Pe
Tus leyes son maravillosas.
¡Con razón las obedezco!
130
La enseñanza de tu palabra da luz,
de modo que hasta los simples pueden entender.
131
Abro la boca y jadeo
anhelando tus mandatos.
132
Ven y muéstrame tu misericordia,
como lo haces con todos los que aman tu nombre.
133
Guía mis pasos conforme a tu palabra,
para que no me domine el mal.