109
Mi vida pende de un hilo constantemente,
pero no dejaré de obedecer tus enseñanzas.
110
Los malvados me han tendido sus trampas,
pero no me apartaré de tus mandamientos.
111
Tus leyes son mi tesoro;
son el deleite de mi corazón.
112
Estoy decidido a obedecer tus decretos
hasta el final.
113
Sámec
Detesto a los que tienen divididas sus lealtades,
pero amo tus enseñanzas.
114
Tú eres mi refugio y mi escudo;
tu palabra es la fuente de mi esperanza.
115
Lárguense de mi vida, ustedes los de mente malvada,
porque tengo la intención de obedecer los mandatos de mi Dios.
116
¡S
, sostenme como prometiste para que viva!
No permitas que se aplaste mi esperanza.
117
Sostenme y seré rescatado;
entonces meditaré continuamente en tus decretos.
118
Pero has rechazado a todos los que se apartan de tus decretos,
quienes no hacen más que engañarse a sí mismos.
119
Desechas a los perversos de la tierra como si fueran desperdicios;
¡con razón me encanta obedecer tus leyes!