29
Calmó la tormenta hasta convertirla en un susurro
y aquietó las olas.
30
¡Qué bendición fue esa quietud
cuando los llevaba al puerto sanos y salvos!
31
Que alaben al Señor
por su gran amor
y por las obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.
32
Que lo exalten públicamente delante de la congregación
y ante los líderes del pueblo.
33
Él transforma ríos en desiertos
y manantiales de agua en tierra árida y sedienta.
34
Convierte la tierra fructífera en tierras saladas y baldías,
a causa de la maldad de sus habitantes.
35
Pero también convierte desiertos en lagunas
y la tierra seca en fuentes de agua.
36
Lleva a los hambrientos para que se establezcan allí
y construyan sus ciudades.
37
Siembran los campos, plantan viñedos,
y recogen cosechas abundantes.
38
¡Cuánto los bendice!
Allí crían familias numerosas
y sus manadas de animales aumentan.
39
Cuando disminuye la cantidad de ellos y se empobrecen
por la opresión, las dificultades y el dolor,
40
el Señor
derrama desprecio sobre sus príncipes
y los hace vagar por tierras baldías y sin sendero.
41
Pero rescata de la dificultad a los pobres
y hace crecer a sus familias como rebaños de ovejas.
42
Los justos verán estas cosas y se alegrarán
mientras los perversos son bruscamente silenciados.
43
Los sabios tomarán todo muy en serio;
verán en nuestra historia el fiel amor del Señor
.