11
Se rebelaron contra las palabras de Dios,
se burlaron del consejo del Altísimo.
12
Por eso los doblegó con trabajo forzado;
cayeron, y no hubo quien los ayudara.
13
«¡Socorro, Señor
!», clamaron en medio de su dificultad,
y él los salvó de su aflicción.
14
Los sacó de la oscuridad y de la profunda penumbra;
les rompió las cadenas.
15
Que alaben al Señor
por su gran amor
y por las obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.
16
Pues rompió las puertas de bronce de su prisión;
partió en dos los barrotes de hierro.
17
Algunos fueron necios; se rebelaron
y sufrieron por sus pecados.
18
No podían ni pensar en comer,
y estaban a las puertas de la muerte.
19
«¡Socorro, Señor
!», clamaron en medio de su dificultad
y él los salvó de su aflicción.
20
Envió su palabra y los sanó;
los arrebató de las puertas de la muerte.
21
Que alaben al Señor
por su gran amor
y por las obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.
22
Que ofrezcan sacrificios de agradecimiento
y canten con alegría por sus gloriosos actos.
23
Algunos se hicieron a la mar en barcos
y surcaron las rutas comerciales del mundo.
24
También observaron el poder del Señor
en acción,
sus impresionantes obras en los mares más profundos.
25
Él habló, y se desataron los vientos
que agitaron las olas.
26
Los barcos fueron lanzados hacia los cielos
y cayeron nuevamente a las profundidades;
los marineros se acobardaron de terror.
27
Se tambaleaban y daban tumbos como borrachos,
no sabían qué más hacer.
28
«S
, ¡socorro!», clamaron en medio de su dificultad,
y él los salvó de su aflicción.
29
Calmó la tormenta hasta convertirla en un susurro
y aquietó las olas.
30
¡Qué bendición fue esa quietud
cuando los llevaba al puerto sanos y salvos!
31
Que alaben al Señor
por su gran amor
y por las obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.
32
Que lo exalten públicamente delante de la congregación
y ante los líderes del pueblo.
33
Él transforma ríos en desiertos
y manantiales de agua en tierra árida y sedienta.
34
Convierte la tierra fructífera en tierras saladas y baldías,
a causa de la maldad de sus habitantes.
35
Pero también convierte desiertos en lagunas
y la tierra seca en fuentes de agua.
36
Lleva a los hambrientos para que se establezcan allí
y construyan sus ciudades.
37
Siembran los campos, plantan viñedos,
y recogen cosechas abundantes.
38
¡Cuánto los bendice!
Allí crían familias numerosas
y sus manadas de animales aumentan.
39
Cuando disminuye la cantidad de ellos y se empobrecen
por la opresión, las dificultades y el dolor,
40
el Señor
derrama desprecio sobre sus príncipes
y los hace vagar por tierras baldías y sin sendero.
41
Pero rescata de la dificultad a los pobres
y hace crecer a sus familias como rebaños de ovejas.