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Para siempre se ha acordado de su pacto, de la palabra que ordenó a mil generaciones,
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del pacto que hizo con Abraham, y de su juramento a Isaac.
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También lo confirmó a Jacob por estatuto, a Israel como pacto eterno,
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diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán como porción de vuestra heredad.
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Cuando eran pocos en número, muy pocos, y forasteros en ella,
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y vagaban de nación en nación, y de un reino a otro pueblo,
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El no permitió que nadie los oprimiera, y por amor a ellos reprendió a reyes, diciendo:
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No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas.
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Y llamó al hambre sobre la tierra, quebró todo sustento de pan.
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Envió a un hombre delante de ellos, a José, vendido como esclavo.
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Con grillos afligieron sus pies, él mismo fue puesto en cadenas,