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El habló, y vinieron langostas, y orugas sin número;
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que devoraron toda la vegetación de su país, y se comieron el fruto de su suelo.
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También hirió de muerte a todo primogénito de su tierra; las primicias de todo su vigor.
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Pero a ellos los sacó con plata y oro, y entre sus tribus no hubo quien tropezara.
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Egipto se alegró cuando se fueron, porque su terror había caído sobre ellos.
39
Extendió una nube para cubrirlos , y fuego para iluminarlos de noche.
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Pidieron, y les mandó codornices, y los sació de pan del cielo.
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Abrió la roca, y brotaron las aguas; corrieron como un río en tierra seca.
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Porque se acordó de su santa palabra dada a Abraham su siervo,
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y sacó a su pueblo con alegría, y a sus escogidos con gritos de júbilo.
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También les dio las tierras de las naciones, y poseyeron el fruto del trabajo de los pueblos,
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a fin de que guardaran sus estatutos, y observaran sus leyes. ¡Aleluya!