14
Pues él sabe lo débiles que somos;
se acuerda de que somos tan solo polvo.
15
Nuestros días sobre la tierra son como la hierba;
igual que las flores silvestres, florecemos y morimos.
16
El viento sopla, y desaparecemos
como si nunca hubiéramos estado aquí.
17
Pero el amor del Señor
permanece para siempre
con los que le temen.
¡Su salvación se extiende a los hijos de los hijos
18
de los que son fieles a su pacto,
de los que obedecen sus mandamientos!
19
El Señor
ha hecho de los cielos su trono,
desde allí gobierna todo.
20
Alaben al Señor
, ustedes los ángeles,
ustedes los poderosos que llevan a cabo sus planes,
que están atentos a cada uno de sus mandatos.
21
¡Sí, alaben al Señor
, ejércitos de ángeles
que le sirven y hacen su voluntad!
22
Alabe al Señor
todo lo que él ha creado,
todo lo que hay en su reino.
Que todo lo que soy, alabe al Señor
.