6
Me parezco al pelícano del desierto; como el búho de las soledades he llegado a ser.
7
No puedo dormir; soy cual pájaro solitario sobre un tejado.
8
Mis enemigos me han afrentado todo el día; los que me escarnecen han usado mi nombre como maldición.
9
Porque cenizas he comido por pan, y con lágrimas he mezclado mi bebida,
10
a causa de tu indignación y de tu enojo; pues tú me has levantado y me has rechazado.
11
Mis días son como sombra que se alarga; y yo me seco como la hierba.
12
Mas tú, SEÑOR, permaneces para siempre, y tu nombre por todas las generaciones.
13
Tú te levantarás y tendrás compasión de Sion, porque es tiempo de apiadarse de ella, pues ha llegado la hora.
14
Ciertamente tus siervos se deleitan en sus piedras, y se apiadan de su polvo.
15
Y las naciones temerán el nombre del SEÑOR, y todos los reyes de la tierra, tu gloria.
16
Porque el SEÑOR ha edificado a Sion, y se ha manifestado en su gloria.