1
Pablo saluda a sus amigos
Les encomiendo a nuestra hermana Febe, quien es diaconisa de la iglesia en Cencrea.
2
Recíbanla en el Señor como digna de honra en el pueblo de Dios. Ayúdenla en todo lo que necesite, porque ella ha sido de ayuda para muchos, especialmente para mí.
3
Den mis saludos a Priscila y Aquila, mis colaboradores en el ministerio de Cristo Jesús.
4
De hecho, ellos una vez arriesgaron la vida por mí. Yo les estoy agradecido, igual que todas las iglesias de los gentiles.
5
Den también mis saludos a la iglesia que se reúne en el hogar de ellos.
Saluden a mi querido amigo Epeneto. Él fue el primero de toda la provincia de Asia que se convirtió en seguidor de Cristo.
6
Denle mis saludos a María, quien ha trabajado tanto por ustedes.
7
Saluden a Andrónico y a Junias,
judíos como yo,
quienes estuvieron en la cárcel conmigo. Ellos son muy respetados entre los apóstoles y se hicieron seguidores de Cristo antes que yo.
8
Saluden a Amplias, mi querido amigo en el Señor.
9
Saludos también a Urbano, nuestro colaborador en Cristo, y a mi querido amigo Estaquis.
10
Saluden a Apeles, un buen hombre aprobado por Cristo. Y den mis saludos a los creyentes de la familia de Aristóbulo.
11
Saluden a Herodión, judío como yo.
Saluden a los de la familia de Narciso que son del Señor.
12
Den mis saludos a Trifena y Trifosa, obreras del Señor, y a la amada Pérsida, quien ha trabajado tanto para el Señor.
13
Saluden a Rufo, a quien el Señor eligió para hacerlo suyo; y también a su querida madre, quien ha sido como una madre para mí.
14
Den mis saludos a Asíncrito, Flegonte, Hermas, Patrobas, Hermes y a los hermanos que se reúnen con ellos.
15
Saluden también a Filólogo, Julia, Nereo y su hermana, y a Olimpas y a todos los creyentes
que se reúnen con ellos.
16
Salúdense unos a otros con amor cristiano.
Todas las iglesias de Cristo les envían saludos.
17
Instrucciones finales de Pablo
Y ahora, mis amados hermanos, les pido algo más. Tengan cuidado con los que causan divisiones y trastornan la fe de los creyentes al enseñar cosas que van en contra de las que a ustedes se les enseñaron. Manténganse lejos de ellos.
18
Tales personas no sirven a Cristo nuestro Señor; sirven a sus propios intereses. Con palabras suaves y halagos, engañan a la gente inocente;
19
pero todos saben que ustedes son obedientes al Señor. Eso me llena de alegría. Quiero que sean sabios para hacer lo que está bien y sigan siendo inocentes en cuanto a toda clase de mal.
20
El Dios de paz pronto aplastará a Satanás bajo los pies de ustedes. Que la gracia de nuestro Señor Jesús
sea con ustedes.