21
Pues, si Dios no perdonó a las ramas originales, tampoco te perdonará
a ti.
22
Fíjate en que Dios es bondadoso pero también es severo. Es severo con los que desobedecen, pero será bondadoso contigo si sigues confiando en su bondad. En cambio, si dejas de confiar, tú también serás arrancado por completo.
23
Y si el pueblo de Israel abandona su incredulidad, volverá a ser injertado, pues Dios tiene poder para volver a injertarlo en el árbol.
24
Tú, por naturaleza, eras una rama cortada de un olivo silvestre. Por lo tanto, si Dios estuvo dispuesto a ir en contra de la naturaleza al injertarte en un árbol cultivado, él estará mucho más dispuesto a injertar las ramas originales en el árbol al que pertenecen.
25
La misericordia de Dios es para todos
Mis amados hermanos, quiero que entiendan este misterio para que no se vuelvan orgullosos de ustedes mismos. Parte del pueblo de Israel tiene el corazón endurecido, pero eso solo durará hasta que se complete el número de gentiles que aceptarán a Cristo.
26
Y entonces todo Israel será salvo. Como dicen las Escrituras:
«El que rescata vendrá de Jerusalén
y apartará a Israel
de la maldad.
27
Y mi pacto con ellos es
que quitaré sus pecados»
.
28
Muchos del pueblo de Israel ahora son enemigos de la Buena Noticia, y eso los beneficia a ustedes, los gentiles. Sin embargo, ellos todavía son el pueblo que Dios ama, porque él eligió a los antepasados Abraham, Isaac y Jacob.
29
Pues los dones de Dios y su llamado son irrevocables.
30
Ustedes, los gentiles, antes eran rebeldes contra Dios, pero cuando el pueblo de Israel se rebeló contra él, Dios tuvo misericordia de ustedes y no de ellos.
31
Ahora ellos son los rebeldes y a ustedes Dios les mostró su misericordia para que ellos también participen
de la misericordia de Dios.