4 «¡A ustedes los llamo, a todos ustedes!
Levanto mi voz a toda persona.
5 Ustedes, ingenuos, usen el buen juicio.
Ustedes, necios, muestren un poco de entendimiento.
6 ¡Escúchenme! Tengo cosas importantes que decirles.
Todo lo que digo es correcto
7 pues hablo la verdad
y detesto toda clase de engaño.
8 Mi consejo es sano;
no tiene artimañas ni falsedad.
9 Mis palabras son obvias para todos los que tienen entendimiento,
claras para los que poseen conocimiento.
10 Elijan mi instrucción en lugar de la plata
y el conocimiento antes que el oro puro.
11 Pues la sabiduría es mucho más valiosa que los rubíes.
Nada de lo que uno pueda desear se compara con ella.
12 »Yo, la Sabiduría, convivo con el buen juicio.
Sé dónde encontrar conocimiento y discernimiento.
13 Todos los que temen al Señor
odiarán la maldad.
Por eso odio el orgullo y la arrogancia,
la corrupción y el lenguaje perverso.
14 El sentido común y el éxito me pertenecen.
La fuerza y la inteligencia son mías.
15 Gracias a mí reinan los reyes
y los gobernantes dictan decretos justos.
16 Los mandatarios gobiernan con mi ayuda
y los nobles emiten juicios justos.
17 »Amo a todos los que me aman.
Los que me buscan, me encontrarán.
18 Tengo riquezas y honor,
así como justicia y prosperidad duraderas.
19 ¡Mis dones son mejores que el oro, aun el oro más puro;
mi paga es mejor que la plata refinada!
20 Camino en rectitud,
por senderos de justicia.
21 Los que me aman heredan riquezas;
llenaré sus cofres de tesoros.
22 »El Señor
me formó desde el comienzo,
antes de crear cualquier otra cosa.
23 Fui nombrada desde la eternidad,
en el principio mismo, antes de que existiera la tierra.
24 Nací antes de que los océanos fueran creados,
antes de que brotara agua de los manantiales.
25 Antes de que se formaran las montañas,
antes que las colinas, yo nací,
26 antes de que el Señor
hiciera la tierra y los campos
y los primeros puñados de tierra.
27 Estaba presente cuando él estableció los cielos,
cuando trazó el horizonte sobre los océanos.
28 Estaba ahí cuando colocó las nubes arriba,
cuando estableció los manantiales en lo profundo de la tierra.
29 Estaba ahí cuando puso límites a los mares,
para que no se extendieran más allá de sus márgenes.
Y también cuando demarcó los cimientos de la tierra,
30 era la arquitecta a su lado.
Yo era su constante deleite,
y me alegraba siempre en su presencia.
31 ¡Qué feliz me puse con el mundo que él creó;
cuánto me alegré con la familia humana!
32 »Y ahora, hijos míos, escúchenme,
pues todos los que siguen mis caminos son felices.
33 Escuchen mi instrucción y sean sabios;
no la pasen por alto.
34 ¡Alegres son los que me escuchan,
y están atentos a mis puertas día tras día,
y me esperan afuera de mi casa!

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Proverbios 8:4 Oh hombres, a vosotros clamo, para los hijos de los hombres es mi voz.

English Standard Version ESV

Proverbs 8:4 "To you, O men, I call, and my cry is to the children of man.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Proverbios 8:4 Oh hombres, a vosotros clamo; y mi voz es a los hijos de los hombres

King James Version KJV

Proverbs 8:4 Unto you, O men, I call; and my voice is to the sons of man.

New King James Version NKJV

Proverbs 8:4 "To you, O men, I call, And my voice is to the sons of men.

Nueva Versión Internacional NVI

Proverbios 8:4 «A ustedes los hombres, los estoy llamando;dirijo mi voz a toda la humanidad.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Proverbios 8:4 Oh hombres, á vosotros clamo; Y mi voz es á los hijos de los hombres.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Proverbios 8:4 Oh hombres, a vosotros clamo; y mi voz es a los hijos de los hombres.

Herramientas de Estudio para Proverbios 8:4-34