26
antes de que el Señor
hiciera la tierra y los campos
y los primeros puñados de tierra.
27
Estaba presente cuando él estableció los cielos,
cuando trazó el horizonte sobre los océanos.
28
Estaba ahí cuando colocó las nubes arriba,
cuando estableció los manantiales en lo profundo de la tierra.
29
Estaba ahí cuando puso límites a los mares,
para que no se extendieran más allá de sus márgenes.
Y también cuando demarcó los cimientos de la tierra,
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era la arquitecta a su lado.
Yo era su constante deleite,
y me alegraba siempre en su presencia.
31
¡Qué feliz me puse con el mundo que él creó;
cuánto me alegré con la familia humana!
32
»Y ahora, hijos míos, escúchenme,
pues todos los que siguen mis caminos son felices.
33
Escuchen mi instrucción y sean sabios;
no la pasen por alto.
34
¡Alegres son los que me escuchan,
y están atentos a mis puertas día tras día,
y me esperan afuera de mi casa!
35
Pues todo el que me encuentra, halla la vida
y recibe el favor del Señor
.
36
Pero el que no me encuentra se perjudica a sí mismo.
Todos los que me odian aman la muerte».