9
El perfume y el incienso alegran el corazón,
y el dulce consejo de un amigo es mejor que la confianza propia.
10
Nunca abandones a un amigo,
sea tuyo o de tu padre.
Cuando ocurra la calamidad, no tendrás que pedirle ayuda a tu hermano.
Mejor es recurrir a un vecino que a un hermano que vive lejos.
11
Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón.
Entonces podré responder a los que me critican.
12
El prudente se anticipa al peligro y toma precauciones.
El simplón sigue adelante a ciegas y sufre las consecuencias.
13
Al que salga fiador por la deuda de un desconocido, pídele una garantía.
Exígele un depósito como garantía si lo hace por extranjeros.
14
Un saludo alegre y en voz alta temprano en la mañana,
¡será considerado una maldición!
15
Una esposa que busca pleitos es tan molesta
como una gotera continua en un día de lluvia.
16
Poner fin a sus quejas es como tratar de detener el viento
o de sostener algo con las manos llenas de grasa.
17
Como el hierro se afila con hierro,
así un amigo se afila con su amigo.
18
Como a los que cuidan de la higuera se les permite comer del fruto,
así serán recompensados los empleados que protegen los intereses de su patrón.
19
Así como el rostro se refleja en el agua,
el corazón refleja a la persona tal como es.