1
Como la nieve no es para el verano ni la lluvia para la cosecha,
tampoco el honor es para los necios.
2
Como gorrión que revolotea o golondrina que vuela sin rumbo,
la maldición inmerecida no llegará a quien iba dirigida.
3
Guía al caballo con el látigo, al burro con el freno,
¡y al necio con la vara en la espalda!
4
No respondas a los argumentos absurdos de los necios
o te volverás tan necio como ellos.
5
Responde a los argumentos absurdos de los necios
o se creerán sabios en su propia opinión.
6
Confiarle a un necio que lleve un mensaje,
¡es como cortarse los pies o tomar veneno!
7
Un proverbio en boca de un necio
es tan inútil como una pierna paralizada.
8
Honrar a un necio
es tan absurdo como atar la piedra a la honda.
9
Un proverbio en boca de un necio
es como una rama espinosa agitada por un borracho.
10
El patrón que contrata a un necio o a cualquiera que pasa
es como un arquero que lanza su flecha al azar.
11
Así como el perro vuelve a su vómito,
el necio repite su necedad.
12
Hay más esperanza para los necios
que para los que se creen sabios.
13
El perezoso afirma: «¡Hay un león en el camino!
¡Sí, estoy seguro de que allí afuera hay un león!».