28
No testifiques contra tus vecinos sin motivo;
no mientas cuando hables de ellos.
29
No digas: «¡Ahora me voy a vengar de lo que me hicieron!
¡Me desquitaré con ellos!».
30
Pasé por el campo de un perezoso,
por el viñedo de uno que carece de sentido común.
31
Vi que habían crecido espinos por todas partes.
Estaba cubierto de maleza,
y sus muros destruidos.
32
Entonces, mientras miraba y pensaba en lo que veía,
aprendí esta lección:
33
un rato más de dormir, un poquito más de sueño,
un breve descanso con los brazos cruzados,
34
entonces la pobreza te asaltará como un bandido;
la escasez te atacará como un ladrón armado.