30
De los que se demoran mucho con el vino, de los que van en busca de vinos mezclados.
31
No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece en la copa; entra suavemente,
32
pero al final como serpiente muerde, y como víbora pica.
33
Tus ojos verán cosas extrañas, y tu corazón proferirá perversidades.
34
Y serás como el que se acuesta en medio del mar, o como el que se acuesta en lo alto de un mástil.
35
Y dirás: me hirieron, pero no me dolió; me golpearon, pero no lo sentí. Cuando despierte, volveré a buscar más.