9
Es mejor vivir solo en un rincón de la azotea
que en una casa preciosa con una esposa que busca pleitos.
10
Los malvados desean el mal;
no muestran compasión a sus vecinos.
11
Si castigas al burlón, los ingenuos llegan a ser sabios;
si instruyes al sabio será aún más sabio.
12
El Justo
sabe lo que ocurre en el hogar de los perversos;
él traerá desastre sobre ellos.
13
Los que tapan sus oídos al clamor del pobre
tampoco recibirán ayuda cuando pasen necesidad.
14
El regalo en secreto calma el enojo;
el soborno por debajo de la mesa aplaca la furia.
15
La justicia es una alegría para los justos,
pero hace temblar a los malhechores.
16
La persona que se aparta del sentido común
terminará en compañía de los muertos.
17
Los que aman el placer se vuelven pobres;
los que aman el vino y el lujo nunca llegarán a ser ricos.
18
Los perversos son castigados en lugar de los justos,
y los traidores, en lugar de las personas honradas.
19
Es mejor vivir solo en el desierto
que con una esposa que se queja y busca pleitos.