1
Es mejor ser pobre y honesto,
que deshonesto y necio.
2
El entusiasmo sin conocimiento no vale nada;
la prisa produce errores.
3
La gente arruina su vida por su propia necedad,
y después se enoja con el Señor
.
4
Las riquezas atraen muchos amigos;
la pobreza los aleja a todos.
5
El testigo falso no quedará sin castigo;
el mentiroso tampoco escapará.
6
Son muchos los que buscan favores del gobernante;
¡todos son amigos del que da regalos!
7
Los parientes del pobre lo desprecian;
¡cuánto más lo evitarán sus amigos!
Por más que el pobre les ruegue,
los amigos ya no están.
8
Adquirir sabiduría es amarse a uno mismo;
los que atesoran el entendimiento prosperarán.
9
El testigo falso no quedará sin castigo,
y el mentiroso será destruido.
10
¡No es correcto que un necio viva rodeado de lujos
ni que un esclavo gobierne sobre príncipes!
11
Las personas sensatas no pierden los estribos;
se ganan el respeto pasando por alto las ofensas.
12
El enojo del rey es como el rugido del león,
pero su favor es como el rocío sobre el pasto.