20
El que pone atención a la palabra hallará el bien, y el que confía en el SEÑOR es bienaventurado.
21
El sabio de corazón será llamado prudente, y la dulzura de palabras aumenta la persuasión.
22
El entendimiento es fuente de vida para el que lo posee, mas la instrucción de los necios es necedad.
23
El corazón del sabio enseña a su boca y añade persuasión a sus labios.
24
Panal de miel son las palabras agradables, dulces al alma y salud para los huesos.
25
Hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final es camino de muerte.
26
El apetito del trabajador para él trabaja, porque su boca lo impulsa.
27
El hombre indigno urde el mal, y sus palabras son como fuego abrasador.
28
El hombre perverso provoca contiendas, y el chismoso separa a los mejores amigos.
29
El hombre violento incita a su prójimo, y lo guía por camino que no es bueno.
30
El que guiña los ojos lo hace para tramar perversidades; el que aprieta los labios ya hizo el mal.