8
»¡Toquen alarma en Guibeá!
¡Hagan sonar la trompeta en Ramá!
¡Den el grito de guerra en Bet-avén!
¡Entren en batalla, oh guerreros de Benjamín!
9
Una cosa es segura, Israel:
en el día de tu castigo,
te convertirás en un montón de escombros.
10
»Los líderes de Judá han llegado a ser como ladrones,
por lo tanto, derramaré mi enojo sobre ellos como una cascada.
11
El pueblo de Israel será aplastado y demolido por mi juicio,
porque están decididos a rendir culto a ídolos.
12
Destruiré a Israel como la polilla consume la lana.
Dejaré a Judá tan débil como madera podrida.
13
»Cuando Israel y Judá vieron lo enfermos que estaban,
Israel acudió a Asiria
y a su gran rey,
pero este no pudo ayudarlos ni curarlos.
14
Seré como un león a Israel,
como un león joven y fuerte a Judá.
¡Los despedazaré!
Me los llevaré
y no quedará nadie para rescatarlos.
15
Entonces regresaré a mi lugar,
hasta que reconozcan su culpa y se vuelvan a mí.
Pues tan pronto lleguen las dificultades,
me buscarán de todo corazón».