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“Y lo que hacen los sacerdotes, el pueblo también lo hace”.
Así que ahora castigaré tanto a los sacerdotes como al pueblo
por sus perversas acciones.
10
Comerán pero seguirán con hambre.
Se prostituirán pero no lograrán nada,
porque han abandonado al S
11
para rendir culto a otros dioses.
»El vino le ha robado
el entendimiento a mi pueblo.
12
¡Piden consejo a un trozo de madera!
¡Creen que un palo puede decirles el futuro!
El deseo de ir tras los ídolos
los ha vuelto necios.
Se prostituyeron
sirviendo a otros dioses y abandonando a su Dios.
13
Ofrecen sacrificios a ídolos en la cima de las montañas.
Suben a las colinas para quemar incienso
bajo la sombra placentera de robles, álamos y terebintos.
»Por eso sus hijas se entregan a la prostitución
y sus nueras cometen adulterio.
14
Pero ¿por qué debería yo castigarlas
por su prostitución y adulterio?
Pues sus hombres hacen lo mismo,
pecando con rameras y prostitutas de los templos paganos.
¡Oh pueblo necio! ¡Se niegan a entender,
por eso será destruido!
15
»A pesar de que tú, Israel, eres una prostituta,
que Judá se libre de semejante culpa.
No te unas a la falsa adoración en Gilgal o Bet-avén,
aunque allí se jure en el nombre del Señor
.
16
Israel es obstinado
como una vaquilla terca.
¿Debería el Señor
alimentarlo
como a un cordero en buenos pastizales?
17
Dejen a Israel
solo
porque está casado con la idolatría.
18
Cuando los gobernantes de Israel terminan de beber,
salen en busca de prostitutas.
Aman más la vergüenza que el honor.
19
Por lo tanto, un viento poderoso los arrasará.
Sus sacrificios a ídolos les traerán vergüenza.