3
El Señor
es lento para enojarse, pero su poder es grande
y nunca deja sin castigo al culpable.
Da muestras de su poder en el torbellino y la tormenta;
las nubes ondulantes son el polvo bajo sus pies.
4
Él da la orden y los océanos se secan
y los ríos desaparecen.
Los buenos pastizales de Basán y el Carmelo pierden su verdor,
y los frondosos bosques del Líbano se marchitan.
5
Ante la presencia de Dios las montañas se estremecen
y las colinas se derriten;
la tierra tiembla
y sus habitantes son destruidos.
6
¿Quién podrá quedar en pie ante su ira feroz?
¿Quién podrá sobrevivir ante su furia abrasadora?
Su furor arde como el fuego
y ante él las montañas se desmenuzan.
7
El Señor
es bueno,
un refugio seguro cuando llegan dificultades.
Él está cerca de los que confían en él.
8
Pero arrasará a sus enemigos
con una inundación arrolladora.
Él perseguirá a sus enemigos
en la oscuridad de la noche.
9
¿Por qué traman contra el Señor
?
¡Él los destruirá de un golpe;
no necesitará golpear dos veces!
10
Sus enemigos, enredados como espinos
y tambaleantes como borrachos,
serán quemados como hierba seca en el campo.
11
¿Quién es este perverso consejero tuyo
que maquina el mal contra el Señor
?
12
Esto es lo que dice el Señor
:
«Aunque los asirios tienen muchos aliados,
serán destruidos y desaparecerán.
Oh pueblo mío, yo te castigué anteriormente
pero no te volveré a castigar.
13
Ahora romperé el yugo de esclavitud de tu cuello
y te quitaré las cadenas de la opresión asiria».
14
Esto es lo que dice el Señor
acerca de Nínive, la ciudad de los asirios:
«No tendrás más hijos para perpetuar tu nombre.
Destruiré todos los ídolos en los templos de tus dioses.
¡Estoy preparando una tumba para ti
porque eres despreciable!».
15
¡Miren! ¡Viene un mensajero sobre las montañas con buenas noticias!
Trae un mensaje de paz.
Celebra tus festivales, oh pueblo de Judá,
y cumple todos tus votos,
porque tus enemigos perversos no volverán a invadir tu tierra.
¡Serán destruidos por completo!