28
Así que Moisés dio las órdenes al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los jefes de los clanes de Israel,
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y dijo: «Los hombres de Gad y de Rubén que están armados para la batalla deben cruzar el Jordán con ustedes y luchar para el Señor
. Si lo hacen, cuando terminen de conquistar la tierra denles la región de Galaad como su propiedad.
30
Pero si se niegan a armarse y a cruzar con ustedes, entonces estarán obligados a aceptar una porción de tierra en Canaán, con el resto de ustedes».
31
Entonces las tribus de Gad y de Rubén volvieron a decir: «Nosotros somos tus servidores, ¡y haremos lo que el Señor
ha ordenado!
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Cruzaremos el Jordán hacia Canaán bien armados a luchar para el Señor
, pero nuestra propiedad estará aquí en este lado del Jordán».
33
Moisés asignó tierra a las tribus de Gad y de Rubén y a la media tribu de Manasés, hijo de José. Les entregó el territorio de Sehón, rey de los amorreos, y la tierra de Og, rey de Basán, toda la tierra con sus ciudades y tierras vecinas.
34
Los descendientes de Gad construyeron las ciudades de Dibón, Atarot, Aroer,
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Atarot-sofán, Jazer, Jogbeha,
36
Bet-nimra y Bet-arán. Todas eran ciudades fortificadas con corrales para sus rebaños.
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Los descendientes de Rubén construyeron las ciudades de Hesbón, Eleale, Quiriataim,
38
Nebo, Baal-meón y Sibma. Cambiaron los nombres de algunas de las ciudades que conquistaron y reconstruyeron.
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Entonces los descendientes de Maquir, de la tribu de Manasés, fueron a Galaad, la conquistaron y expulsaron a los amorreos que vivían allí.
40
Moisés dio Galaad a los maquiritas, descendientes de Manasés, y ahí se establecieron.
41
El pueblo de Jair, otro clan de la tribu de Manasés, conquistó muchas de las ciudades de Galaad y cambió el nombre de esa región a Ciudades de Jair.
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Mientras tanto, un hombre llamado Noba conquistó el pueblo de Kenat y sus aldeas vecinas y a esa región le dio su propio nombre.