2
«Diles a los israelitas que te traigan doce varas de madera, una por cada jefe de las tribus de los antepasados de Israel, y escribe el nombre de cada jefe en su propia vara.
3
Escribe el nombre de Aarón sobre la vara de la tribu de Leví, pues debe haber una vara por cada jefe de tribu patriarcal.
4
Coloca las varas en el tabernáculo delante del arca que contiene las tablas del pacto,
donde me encuentro contigo.
5
Entonces, de la vara del hombre que yo elija saldrán brotes y finalmente pondré fin a las murmuraciones y a las quejas de este pueblo en contra de ustedes».
6
Así que Moisés dio las instrucciones al pueblo de Israel, y cada uno de los doce jefes de las tribus, incluido Aarón, llevó una vara a Moisés;
7
Entonces Moisés colocó las varas en la presencia del Señor
en el tabernáculo del pacto.
8
Al día siguiente, cuando Moisés entró en el tabernáculo del pacto, encontró que la vara de Aarón, que representaba a la tribu de Leví, ¡había retoñado, echado brotes, florecido y producido almendras maduras!
9
Después que Moisés sacó todas las varas de la presencia del Señor
, las mostró al pueblo y cada hombre tomó su propia vara.
10
Entonces el Señor
le dijo a Moisés: «Pon la vara de Aarón permanentemente delante del arca del pacto
para que sirva de advertencia a los rebeldes. Esto deberá poner fin a las quejas contra mí y evitará más muertes».
11
Y Moisés hizo lo que el Señor
le ordenó.
12
Entonces el pueblo de Israel le dijo a Moisés: «¡Estamos perdidos! ¡Moriremos! ¡Estamos arruinados!