34
Pero yo digo: ¡no hagas juramentos! No digas: “¡Por el cielo!”, porque el cielo es el trono de Dios.
35
Y no digas: “¡Por la tierra!”, porque la tierra es donde descansa sus pies. Tampoco digas: “¡Por Jerusalén!”, porque Jerusalén es la ciudad del gran Rey.
36
Ni siquiera digas: “¡Por mi cabeza!”, porque no puedes hacer que ninguno de tus cabellos se vuelva blanco o negro.
37
Simplemente di: “Sí, lo haré” o “No, no lo haré”. Cualquier otra cosa proviene del maligno.
38
Enseñanza acerca de la venganza
39
Pero yo digo: no resistas a la persona mala. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, ofrécele también la otra mejilla.
40
Si te demandan ante el tribunal y te quitan la camisa, dales también tu abrigo.
41
Si un soldado te exige que lleves su equipo por un kilómetro,
llévalo dos.
42
Dale a los que te pidan y no des la espalda a quienes te pidan prestado.
43
Enseñanza acerca de amar a los enemigos
44
Pero yo digo: ¡ama a tus enemigos!
¡Ora por los que te persiguen!