3
Más tarde, Jesús se sentó en el monte de los Olivos. Sus discípulos se le acercaron en privado y le dijeron:
—Dinos, ¿cuándo sucederá todo eso? ¿Qué señal marcará tu regreso y el fin del mundo?
4
Jesús les dijo:
5
porque muchos vendrán en mi nombre y afirmarán: “Yo soy el Mesías”, y engañarán a muchos.
6
Oirán de guerras y de amenazas de guerras, pero no se dejen llevar por el pánico. Es verdad, esas cosas deben suceder, pero el fin no vendrá inmediatamente después.
7
Una nación entrará en guerra con otra, y un reino con otro reino. Habrá hambres y terremotos en muchas partes del mundo.
8
Sin embargo, todo eso es solo el comienzo de los dolores del parto, luego vendrán más.
9
»Entonces los arrestarán, los perseguirán y los matarán. En todo el mundo los odiarán por ser mis seguidores.
10
Muchos se apartarán de mí, se traicionarán unos a otros y se odiarán.
11
Aparecerán muchos falsos profetas y engañarán a mucha gente.
12
Abundará el pecado por todas partes, y el amor de muchos se enfriará;
13
pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.
14
Y se predicará la Buena Noticia acerca del reino por todo el mundo, de manera que todas las naciones
la oirán; y entonces vendrá el fin.
15
(Lector, ¡presta atención!).
16
Entonces los que estén en Judea huyan a las colinas.
17
La persona que esté en la azotea no baje a la casa para empacar.
18
La persona que esté en el campo no regrese ni para buscar un abrigo.
19
¡Qué terribles serán esos días para las mujeres embarazadas y para las madres que amamantan!
20
Y oren para que la huída no sea en invierno o en día de descanso.
21
Pues habrá más angustia que en cualquier otro momento desde el principio del mundo. Y jamás habrá una angustia tan grande.
22
De hecho, a menos que se acorte ese tiempo de calamidad, ni una sola persona sobrevivirá; pero se acortará por el bien de los elegidos de Dios.
23
»Entonces, si alguien les dice: “Miren, aquí está el Mesías” o “Allí está”, no lo crean.