17
La persona que esté en la azotea no baje a la casa para empacar.
18
La persona que esté en el campo no regrese ni para buscar un abrigo.
19
¡Qué terribles serán esos días para las mujeres embarazadas y para las madres que amamantan!
20
Y oren para que la huída no sea en invierno o en día de descanso.
21
Pues habrá más angustia que en cualquier otro momento desde el principio del mundo. Y jamás habrá una angustia tan grande.
22
De hecho, a menos que se acorte ese tiempo de calamidad, ni una sola persona sobrevivirá; pero se acortará por el bien de los elegidos de Dios.
23
»Entonces, si alguien les dice: “Miren, aquí está el Mesías” o “Allí está”, no lo crean.
24
Pues se levantarán falsos mesías y falsos profetas y realizarán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos de Dios.
25
Miren, que les he advertido esto de antemano.
26
»Por lo tanto, si alguien les dice: “Miren, el Mesías está en el desierto”, ni se molesten en ir a buscarlo. O bien, si les dicen: “Miren, se esconde aquí”, ¡no lo crean!
27
Pues, así como el relámpago destella en el oriente y brilla en el occidente, así será cuando venga el Hijo del Hombre.