40
De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
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Y estando juntos los Fariseos, Jesús les preguntó,
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Diciendo: ¿Qué os parece del Cristo? ¿de quién es Hijo? Dícenle: De David.
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El les dice: ¿Pues cómo David en Espíritu le llama Señor, diciendo:
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Dijo el Señor á mi Señor: Siéntate á mi diestra, Entre tanto que pongo tus enemigos por estrado de tus pies?
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Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su Hijo?
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Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.