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Parábola de los trabajadores del viñedo
2
Acordó pagar el salario
normal de un día de trabajo y los envió a trabajar.
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»A las nueve de la mañana, cuando pasaba por la plaza, vio a algunas personas que estaban allí sin hacer nada.
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Entonces las contrató y les dijo que, al final del día, les pagaría lo que fuera justo.
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Así que fueron a trabajar al viñedo. El propietario hizo lo mismo al mediodía y a las tres de la tarde.
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»A las cinco de la tarde, se encontraba nuevamente en la ciudad y vio a otros que estaban allí. Les preguntó: “¿Por qué ustedes no trabajaron hoy?”.
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»Ellos contestaron: “Porque nadie nos contrató”.
»El propietario les dijo: “Entonces vayan y únanse a los otros en mi viñedo”.
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»Aquella noche, le dijo al capataz que llamara a los trabajadores y les pagara, comenzando por los últimos que había contratado.
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Cuando recibieron su paga los que habían sido contratados a las cinco de la tarde, cada uno recibió el salario por una jornada completa.
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Cuando los que habían sido contratados primero llegaron a recibir su paga, supusieron que recibirían más; pero a ellos también se les pagó el salario de un día.
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Cuando recibieron la paga, protestaron contra el propietario:
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“Aquellos trabajaron solo una hora, sin embargo, se les ha pagado lo mismo que a nosotros, que trabajamos todo el día bajo el intenso calor”.
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»Él le respondió a uno de ellos: “Amigo, ¡no he sido injusto! ¿Acaso tú no acordaste conmigo que trabajarías todo el día por el salario acostumbrado?
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Toma tu dinero y vete. Quise pagarle a este último trabajador lo mismo que a ti.
15
¿Acaso es contra la ley que yo haga lo que quiero con mi dinero? ¿Te pones celoso porque soy bondadoso con otros?”.