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Discusión acerca del divorcio y del matrimonio
Cuando Jesús terminó de decir esas cosas, salió de Galilea y descendió a la región de Judea, al oriente del río Jordán.
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Grandes multitudes lo siguieron, y él sanó a los enfermos.
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Unos fariseos se acercaron y trataron de tenderle una trampa con la siguiente pregunta:
—¿Se permite que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier motivo?
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Jesús respondió:
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—y agregó—:
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Como ya no son dos sino uno, que nadie separe lo que Dios ha unido.
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—Entonces —preguntaron—, ¿por qué dice Moisés en la ley que un hombre podría darle a su esposa un aviso de divorcio por escrito y despedirla?
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Jesús contestó:
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Y les digo lo siguiente: el que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio, a menos que la esposa le haya sido infiel.
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Entonces los discípulos le dijeron:
—Si así son las cosas, ¡será mejor no casarse!
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—dijo Jesús—.
12
Algunos nacen como eunucos, a otros los hacen eunucos, y otros optan por no casarse
por amor al reino del cielo. El que pueda, que lo acepte.
13
Jesús bendice a los niños
Cierto día, algunos padres llevaron a sus niños a Jesús para que pusiera sus manos sobre ellos y orara por ellos. Pero los discípulos regañaron a los padres por molestar a Jesús.
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Pero Jesús les dijo:
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Entonces les puso las manos sobre la cabeza y los bendijo antes de irse.
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El hombre rico
Alguien se acercó a Jesús con la siguiente pregunta:
—Maestro,
¿qué buena acción tengo que hacer para tener la vida eterna?
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—respondió Jesús—.
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—¿Cuáles? —preguntó el hombre.
Y Jesús le contestó:
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honra a tu padre y a tu madre; ama a tu prójimo como a ti mismo”
.
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—He obedecido todos esos mandamientos —respondió el joven—. ¿Qué más debo hacer?
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Jesús le dijo:
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Cuando el joven escuchó lo que Jesús le dijo, se fue triste porque tenía muchas posesiones.
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Entonces Jesús dijo a sus discípulos:
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Lo repito: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios».
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Los discípulos quedaron atónitos.
—Entonces, ¿quién podrá ser salvo? —preguntaron.
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Jesús los miró y les dijo:
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Entonces Pedro le dijo:
—Nosotros hemos dejado todo para seguirte. ¿Qué recibiremos a cambio?