34
¡Camada de víboras! ¿Cómo podrían hombres malvados como ustedes hablar de lo que es bueno y correcto? Pues lo que está en el corazón determina lo que uno dice.
35
Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón.
36
Les digo lo siguiente: el día del juicio, tendrán que dar cuenta de toda palabra inútil que hayan dicho.
37
Las palabras que digas te absolverán o te condenarán».
38
La señal de Jonás
Un día, algunos maestros de la ley religiosa y algunos fariseos se acercaron a Jesús y le dijeron:
—Maestro, queremos que nos muestres alguna señal milagrosa para probar tu autoridad.
39
Jesús les respondió:
40
Así como Jonás estuvo en el vientre del gran pez durante tres días y tres noches, el Hijo del Hombre estará en el corazón de la tierra durante tres días y tres noches.
41
»El día del juicio los habitantes de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron de sus pecados al escuchar la predicación de Jonás. Ahora alguien superior a Jonás está aquí, pero ustedes se niegan a arrepentirse.
42
La reina de Saba
también se levantará contra esta generación el día del juicio y la condenará, porque vino de una tierra lejana para oír la sabiduría de Salomón. Ahora alguien superior a Salomón está aquí, pero ustedes se niegan a escuchar.
43
»Cuando un espíritu maligno
sale de una persona, va al desierto en busca de descanso, pero no lo encuentra.
44
Entonces dice: “Volveré a la persona de la cual salí”. De modo que regresa y encuentra su antigua casa vacía, barrida y en orden.
45
Entonces el espíritu busca a otros siete espíritus más malignos que él, y todos entran en la persona y viven allí. Y entonces esa persona queda peor que antes. Eso es lo que le ocurrirá a esta generación maligna.
46
La verdadera familia de Jesús
Mientras Jesús hablaba a la multitud, su madre y sus hermanos estaban afuera y pedían hablar con él.
47
Alguien le dijo a Jesús: «Tu madre y tus hermanos están afuera y desean hablar contigo»
.
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Jesús preguntó:
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Luego señaló a sus discípulos y dijo:
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Pues todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo es mi hermano y mi hermana y mi madre».